Año 2014

empecemos


viernes, febrero 27, 2009

SORPRESAS




Sorpresas te da la vida, algunas malas, algunas buenas.
Como estas flores, nosotros compramos solo una maceta bonita y
¡¡sorpresa!!
traía su tierra especial y un camote para plantarlo, se siguieron las instrucciones y a las tres semanas teníamos esta planta con sus lindas flores.
Ojala siempre fueran así de gratas las sorpresas, pero entonces... que aburrido.
SORPRESAS TE DA LA VIDA

lunes, febrero 23, 2009

LAS CHANCLAS PERDIDAS

hoyo 7
Los lagos

Después de casi seis meses que no jugaba golf por estar recuperándome de un cáncer de colon, decidí ir a jugar el ultimó sábado de agosto con Fernando. Estaba haciendo mucho calor, el ambiente era húmedo, algo poco usual en Hermosillo. Salimos a las 6 de la mañana, estuvo bien el juego, no le pegue tan mal a la pelota, pero ya para el final mis tripitas dijeron que era suficiente por ese día, así que el resto del día lo ocupamos en ir al supermercado y ver televisión.
Los hijos salieron a divertirse, como acostumbran todos los sábados, los domingos, los lunes,… bueno toda la semana. Así que nos dormimos temprano, a eso de las 2 de la madrugada Fernando se despertó, fue a ver si ya habían llegado, no, claro que no, así que prendió la televisión. A los 20 o 25 minutos se levanto, me di cuenta medio dormida como estaba, que empezó a buscar algo, primero en el closet, bajo la cama, en el cuarto de Antonio, el cuarto de Aleja, la cocina, cuarto de la lavadora, en fin, daba vueltas por toda la casa.
Cuando entro a la habitación de nuevo le pregunte -¿Que buscas?–
-Mis chanclas, ¿no las has visto?-
-No, estarán en el cuarto de Tony-
- No ya las busque ahí, no las encuentro-
Entonces, me levante y empecé a buscarlas igual: cuarto de Tony, cuarto de Aleja, closet, cuarto de lavado, debajo de todas las camas, sala, el baño, bueno en fin, toooda la casa, y en efecto no estaban.
En ese inter llegaron Antonio y Alejandra.
– ¿Tony has visto las chanclas de tu papá?- le pregunte.
- No para nada- contesto Tony
-Aleja y tu, ¿las has visto?-
- No, que voy a saber yo- contesto
Cada uno se metió en su recamara, dejándonos ahí con nuestra afanosa búsqueda.
-Pues no, no se donde puedan estar- le dije
Ya eran casi las 4 de la mañana, así que vimos tele un rato mas, yo me dormí, él para las cinco ya estaba regando sus arbolitos bonsái.
A las siete y media que desperté, hice café, le lleve un café al jardín y uno para mi. Esatábamos leyendo el periódico cuando de pronto, ¡¡¡¡PLINGG!!!!! Me cayo el veinte, fui al carro abrí la cajuela y si, ahí estaban las chanclas, cuando nos fuimos a jugar golf, Fernando se las llevo puestas, allá se las quito y se puso los zapatos de golf y dejo las chanclas en la cajuela. Tome las chanclas y se las lleve.
Ahora pienso que eso de olvidar donde deja uno las cosas, y peor aun levantarse a buscarlas a las dos de la mañana debe ser consecuencia de tener treinta años de casados, porque hace diez años, si despertábamos a esa hora, era en otros menesteres en los que ocupábamos nuestro insomnio.


Verónica González
Octubre 16, 2007